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Preparación Para La Consagración - Introducción
la consagración total a Jesús por María (la Consagración Mariana) es realmente “el medio más seguro, más fácil, más corto y el más perfecto camino”1 a la santidad y debería haber una manera fácil y actualizada de aprovechar semejante bendición.
NO ERA FÁCIL...HASTA AHORA. Me topé con un problema cuando escribía mi otro retiro espiritual personal, Consoling the Heart of Jesus. En ese libro hablé de lo impactante que es la consagración total a Jesús por medio de María pero no tenía tiempo suficiente para entrar en detalles. Así que recomendé que la gente leyera el clásico escrito por San Luis de Montfort sobre la consagración mariana, Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen. En La Verdadera Devoción, de Montfort presenta un curso de preparación para la consagración mariana que cubre 33 días. El problema es que no es muy fácil seguir el formato tal como se presenta en el libro. (Las oraciones están en páginas diferentes, tienes que buscarlas, retroceder y avanzar, etc.) Para resolver este problema los Padres Monfortianos publicaron un libro más pequeño titulado Preparación para la consagración total. Aún existía otro problema para mí. La preparación monfortiana de 33 días está llena de letanías y oraciones, pero tiene poca información sobre la consagración misma. Hace años, cuando empecé a prepararme según este formato, recuerdo claramente la impresión que me dio: ¡¿en qué me metí?! Me pareció que había empezado un maratón de oración de 33 días y me pregunté si podría perseverar hasta el fin. Finalmente me resigné a la idea de que para ganar la corona de la consagración mariana, tenía que “hacer mi tarea” recitando la larga lista de oraciones que aumentaba cada semana. No me malinterpretes, es apropiado hacer algún sacrificio para recibir un don tan grande como la consagración mariana. Es más, no es mi intención menospreciar la oración vocal, la cual tiene un valor inmenso y es un “elemento indispensable de la vida cristiana”. Sólo que, en lo personal, el mayor fruto espiritual lo encuentro no en recitar largas oraciones, sino en contemplar con el corazón las enseñazas inspiradoras sobre la consagración mariana. He aprendido que no pocas personas piensan lo mismo y no quiero que pierdan el tesoro de consagración mariana a causa de muchas oraciones largas. Por eso, escribí este libro. Lo hice creyendo que una preparación para consagrarse a María (o para renovar la consagración) no tiene que ser un maratón de oración. Al contrario, podría ser una experiencia espiritual menos sobrecogedora de lectura y reflexión devota. Claro que algunos podrían quedar más satisfechos espiritualmente con la preparación original de 33 días, y eso es fantástico. Pero quería proveer una alternativa para los que, como yo, a veces tienen dificultades para recitar muchas oraciones largas. Además, quería proveer para todos – incluso para los aficionados a las letanías – una versión actualizada de la preparación monfortiana, la cual incluiría nuevos tesoros de fuentes contemporáneas. Es una consagración mariana para el tercer milenio. NO ACTUALIZADO...HASTA AHORA. En Consoling the Heart of Jesus, declaré algo muy audaz. Dije que uno podría recibir todas las gracias de un retiro ignaciano de 30 días en un solo fin de semana. Seguí el ejemplo audaz del Venerable Padre Pío Bruno Lanteri (1759-1826) quien aseguró que cualquier persona podría tener todo lo necesario para hacerse “un gran santo” no en 30 sino en 8 días. ¿Por qué creyó Lanteri que sus retiros podían ser más cortos, pero tan eficaces como los de 30 días? Porque hizo especial hincapié en lo que yo llamo sus “armas secretas”: La Divina Misericordia y María. ¿Y por qué creía yo que mi retiro podía ser aun más corto que el de Lanteri? Porqué Lanteri murió hace más de 180 años, y desde su muerte la Iglesia ha desarrollado aun más sus armas secretas. Con estas armas secretas más poderosas, concluí que podíamos hacer retiros más eficaces, incluso en un fin de semana. Entonces en Consoling the Heart of Jesus dediqué la mayoría de las páginas a desarrollar nuevas ideas relacionadas con una de las armas secretas de Lanteri: la Divina Misericordia. Así, incluí mucho material de dos grandes santos contemporáneos: Santa Teresa de Lisieux y Santa María Faustina Kowalska. Desafortunadamente, no tenía mucho tiempo para examinar a fondo los nuevos elementos relacionados con la consagración mariana. Toqué brevemente algunos de ellos pero no podía entrar en detalle. Afortunadamente, eso es lo que vamos a hacer con este libro. En las páginas que siguen vamos a escuchar no solamente del primer gran apóstol de la consagración mariana, San Luis de Montfort, sino también de otros gigantes marianos que vinieron después. En sus tiempos, de Montfort recopiló y sintetizó las enseñanzas de los mejores expertos de la espiritualidad mariana. Si viviera hoy, sin duda nos presentaría las enseñanzas de nuestros “expertos marianos” contemporáneos. ¿Quiénes son los expertos marianos contemporáneos? Hay muchos, pero para nuestra reflexión escogí a “los tres grandes”. Específicamente seleccioné los tres santos marianos que más vivamente han contribuido a la belleza y riqueza de la espiritualidad de la consagración. Son San Maximiliano Kolbe, la Beata Madre Teresa de Calcuta y San Juan Pablo II. Si añadimos a San Luis de Montfort, conseguimos un excelente grupo de cuatro santos que nos guiará a una nueva y potente forma de consagración mariana
NO ERA FÁCIL...HASTA AHORA. Me topé con un problema cuando escribía mi otro retiro espiritual personal, Consoling the Heart of Jesus. En ese libro hablé de lo impactante que es la consagración total a Jesús por medio de María pero no tenía tiempo suficiente para entrar en detalles. Así que recomendé que la gente leyera el clásico escrito por San Luis de Montfort sobre la consagración mariana, Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen. En La Verdadera Devoción, de Montfort presenta un curso de preparación para la consagración mariana que cubre 33 días. El problema es que no es muy fácil seguir el formato tal como se presenta en el libro. (Las oraciones están en páginas diferentes, tienes que buscarlas, retroceder y avanzar, etc.) Para resolver este problema los Padres Monfortianos publicaron un libro más pequeño titulado Preparación para la consagración total. Aún existía otro problema para mí. La preparación monfortiana de 33 días está llena de letanías y oraciones, pero tiene poca información sobre la consagración misma. Hace años, cuando empecé a prepararme según este formato, recuerdo claramente la impresión que me dio: ¡¿en qué me metí?! Me pareció que había empezado un maratón de oración de 33 días y me pregunté si podría perseverar hasta el fin. Finalmente me resigné a la idea de que para ganar la corona de la consagración mariana, tenía que “hacer mi tarea” recitando la larga lista de oraciones que aumentaba cada semana. No me malinterpretes, es apropiado hacer algún sacrificio para recibir un don tan grande como la consagración mariana. Es más, no es mi intención menospreciar la oración vocal, la cual tiene un valor inmenso y es un “elemento indispensable de la vida cristiana”. Sólo que, en lo personal, el mayor fruto espiritual lo encuentro no en recitar largas oraciones, sino en contemplar con el corazón las enseñazas inspiradoras sobre la consagración mariana. He aprendido que no pocas personas piensan lo mismo y no quiero que pierdan el tesoro de consagración mariana a causa de muchas oraciones largas. Por eso, escribí este libro. Lo hice creyendo que una preparación para consagrarse a María (o para renovar la consagración) no tiene que ser un maratón de oración. Al contrario, podría ser una experiencia espiritual menos sobrecogedora de lectura y reflexión devota. Claro que algunos podrían quedar más satisfechos espiritualmente con la preparación original de 33 días, y eso es fantástico. Pero quería proveer una alternativa para los que, como yo, a veces tienen dificultades para recitar muchas oraciones largas. Además, quería proveer para todos – incluso para los aficionados a las letanías – una versión actualizada de la preparación monfortiana, la cual incluiría nuevos tesoros de fuentes contemporáneas. Es una consagración mariana para el tercer milenio. NO ACTUALIZADO...HASTA AHORA. En Consoling the Heart of Jesus, declaré algo muy audaz. Dije que uno podría recibir todas las gracias de un retiro ignaciano de 30 días en un solo fin de semana. Seguí el ejemplo audaz del Venerable Padre Pío Bruno Lanteri (1759-1826) quien aseguró que cualquier persona podría tener todo lo necesario para hacerse “un gran santo” no en 30 sino en 8 días. ¿Por qué creyó Lanteri que sus retiros podían ser más cortos, pero tan eficaces como los de 30 días? Porque hizo especial hincapié en lo que yo llamo sus “armas secretas”: La Divina Misericordia y María. ¿Y por qué creía yo que mi retiro podía ser aun más corto que el de Lanteri? Porqué Lanteri murió hace más de 180 años, y desde su muerte la Iglesia ha desarrollado aun más sus armas secretas. Con estas armas secretas más poderosas, concluí que podíamos hacer retiros más eficaces, incluso en un fin de semana. Entonces en Consoling the Heart of Jesus dediqué la mayoría de las páginas a desarrollar nuevas ideas relacionadas con una de las armas secretas de Lanteri: la Divina Misericordia. Así, incluí mucho material de dos grandes santos contemporáneos: Santa Teresa de Lisieux y Santa María Faustina Kowalska. Desafortunadamente, no tenía mucho tiempo para examinar a fondo los nuevos elementos relacionados con la consagración mariana. Toqué brevemente algunos de ellos pero no podía entrar en detalle. Afortunadamente, eso es lo que vamos a hacer con este libro. En las páginas que siguen vamos a escuchar no solamente del primer gran apóstol de la consagración mariana, San Luis de Montfort, sino también de otros gigantes marianos que vinieron después. En sus tiempos, de Montfort recopiló y sintetizó las enseñanzas de los mejores expertos de la espiritualidad mariana. Si viviera hoy, sin duda nos presentaría las enseñanzas de nuestros “expertos marianos” contemporáneos. ¿Quiénes son los expertos marianos contemporáneos? Hay muchos, pero para nuestra reflexión escogí a “los tres grandes”. Específicamente seleccioné los tres santos marianos que más vivamente han contribuido a la belleza y riqueza de la espiritualidad de la consagración. Son San Maximiliano Kolbe, la Beata Madre Teresa de Calcuta y San Juan Pablo II. Si añadimos a San Luis de Montfort, conseguimos un excelente grupo de cuatro santos que nos guiará a una nueva y potente forma de consagración mariana